domingo, 28 de noviembre de 2010

¡Una de espaguetis a la Carbonero!

-¿Qué te parece si pedimos espaguetis a la carbonara?

-¡Estupendo! Pero mejor a la Carbonero, ¿no?

-¿A la Carbonero? ¿Y cómo son?

-Son como los espaguetis a la carbonara de toda la vida. Pero los ha lanzado Sara Carbonero. Sale muy guapa en el anuncio.

Si no fuera porque imagino/espero que será una moda pasajera, no me extrañaría que se acabaran dando situaciones así. La moda Sara Carbonero. Sara Carbonero por todas partes. La chica guapa, de la que muchos parece que están empezando a hartarse -me incluyo-. La novia de Iker Casillas. Pobrecilla, demasiadas críticas. Víctima del machismo y de cómo los medios y la prensa rosa la explotan... o no.

Por partes. Como estudiante de periodismo, hay cosas que mosquean. Aguantamos en clase charlas deprimentes sobre nuestro futuro, los míseros sueldos, la explotación, los largos años de aguantar estas situaciones... Llega esta chica de becaria de Marca, y, en poco tiempo, asciende de manera bastante improbable. ¿Cómo lo hizo? ¿Magia? ¿Les dio su receta de espaguetis? La cuestión es que ahora cobra por su trabajo en elecinco, más de 8.000 euros al mes (más extras por sus otros trabajillos). Y aún he tenido que leer a gente que dice que "no es tanto". No, claro. Pobre chica, si la veo por la calle, le daré una limosna. Con sus años de dedicación al periodismo y la forma tan profesional y única con la que lo ejerce, se merece mucho más.

Por cierto, imagino que ya sabréis que no ha acabado la carrera. Qué fantástico. Tiene la vida más que resuelta por ahora, no le hace falta ser periodista de verdad. Aunque ella insiste en que eso le preocupa mucho. Quiere que se la conozca por su trabajo como (casi) periodista.

Pero Sara Carbonero no solo es la periodista de los deportes de Telecinco. Es la chica Pantene. Y la chica Special K. Lo mismo te presenta un informativo, que al mismo tiempo ondea su fabulosa melena, mientras se come unos cereales para mantener su linea. Todos sabemos que es muy importante que los periodistas no pesen ni un kilo de más y que tengan un pelo estupendo. La verdad, yo por diversas razones, considero que los periodistas no deberían de hacer anuncios. Cada uno tendrá su opinión, pero para mí tienes unas responsabilidades con la sociedad y unos códigos éticos, no es como cualquier trabajo. Involucrarte así con una empresa...Pero ahí cada uno decidirá si quiere poner en duda su profesionalidad o credibilidad. Ella dijo que no quería convertirse en una chica anuncio. Un par de días después, presentó otro producto. Coherencia ante todo.

Porque sí, dice que quiere que se la conozca por ser periodista. Pero se dedica a hacer anuncios (en los que su físico cuenta bastante...bueno, que es lo único importante, vaya). Colabora en el programa de Ana Rosa (en el que además, hace declaraciones que ponen en un aprieto a su novio). Va a salir en una película. Dice que no le importaría escribir, que siempre le ha gustado (ya lo veo: Sara Carbonero: de becaria a Antena de Oro, porque yo lo valgo). Tiene fotos del rollito sensual que no relaciono con la profesión de periodismo. Incluso, recuerdo, que salió en un número especial de Elle, en el que varias famosas posaban en diferentes portadas, sin maquillaje, apostando por la belleza natural. Y ahí estaba la Carbonero, demostrando que ella es monísima de la muerte por su maravillosa genética. Chica, ¿pero tú eres modelo o periodista?

La verdad es que es un poco bocazas. Declaró hace mucho que lo último que haría sería tener una relación con un futbolista. Sí, vale, no eliges de quién te enamoras, esas cosas pasan...¿pero qué narices hace hablando de su vida sentimental? Que no conteste a la pregunta. ¿Os imagináis a Matías Prats (ya que ella dice que también le gustaría presentar un informativo entero) declarando que nunca saldría con Leire Pajín? Es de locos.

Y a todo esto, ¿por qué se sabe que no tiene la carrera de periodismo? Además de que ella lo haya podido declarar alguna vez, su madre dio una entrevista a una revista del corazón, contando esto, y cuándo conoció a Casillas, qué le pareció, qué le gustaba a Sara de pequeña, y ese tipo de cosas que suelen contar todos los periodistas. Ya, ya sé que fue su madre, pero todos sabemos que Sara no se lo impidió. Por no decir otra cosa.

Así que..¿pobre Carbonero que no tiene la culpa de ponerse de moda y que la ataquen? De pobre nada, aunque se quejen de su escaso sueldo. Ella se lo busca. Vamos, debe gustarle la fama más que a mí criticar a James Cameron. Si no, no se metería en lo que se mete. En mil cosas. Vamos, que no se ha enterado -debe ser por eso de que no tiene la carrera acabada- que los periodistas están para contar noticias, no para ser la noticia día sí, y día también.

¿Que es machista hablar sobre lo guapa que es en lugar de su trabajo como periodista? Bueno, se dedica a hacer muchas cosas, que son más típicas de modelo. Su trabajo es leer en el informativo (en el que ese maquillaje, iluminación y retoques varios son exagerados para destacar lo super guapa que es, ya puede decir que Mourinho entrena al Barça, que total, lo importante es que salga guapa y se le vean los ojos), en los partidos, lee cuatro estadísticas y hace preguntas que todos sabemos cuáles son -siempre las mismas- a los futbolistas cuando acaba el partido. Así que, por ser una gran periodista no destaca. Hay mujeres muy guapas -mucho más que ella, que sí, que es guapa, pero a mí otras me gustan más, y su cara de estreñida y lo sosa que es no le ayuda a ganar puntos en mi ranking- que hacen muy bien su trabajo y se preocupan porque se las reconozca por su talento.

¿Que es machista conocerla como la novia de Iker? No. No es porque sea mujer, es que su pareja es mucho más importante que ella, y le debe gran parte de su fama. Igual que, por ejemplo, el novio de Shakira -otra que está de moda ahora- siempre será el novio de Shakira, a no ser que salga con alguien más famoso que ella.

En fin, que no me pareció bien el linchamiento que recibió en el Mundial, con eso de que distraía y demás. Era ridículo. Y me pareció un momentazo el beso que le plantó Iker.

Pero hay otras cosas que no las trago. Y encima, se dedica a aparecer en todos los lados del mundo, para que cada vez me sienta más empachada. Y desde luego, no es para mí un modelo a seguir como periodista. Y como mujer famosa, pues como que prefiero a otras, con talento y coherencia -y muchas guapísimas-.

Vamos, que no me pienso comprar la dichosa pulserita que, desde que la lleva ella, te cuestan casi tan caras como irte a ver en 3-D el reestreno innecesario de Avatar.

Esto lo escribí hace días. Y ahora, resulta que la chica vuelve a ser noticia -qué novedad-. ¿Por su trabajo? No. Por sus tetas. Genial.

domingo, 7 de noviembre de 2010

El Papa en España

Lo confieso: estoy algo alterada. Unos días me late más el sentimiento de rechazo a casi cualquier tipo de autoridad, asuntos políticos y demás temas que me provocan ganas de quemar cosas (por desatar mi rabia, más que nada) y ponerme una máscara de V o apuntarme a la Orden de los Caballeros Negros.

Tampoco me voy a poner a criticar punto por punto a la Iglesia. Para qué, a estas alturas, ya otros lo han dicho mejor que yo.

De verdad, respeto a todo aquel que crea, ya sea en Dios, en el Papa, en Buda o como si quieren adorar a la primera lagartija que encuentren por la calle y convertirla en su líder espiritual. No me importa, y creo que todos debemos respetar las creencias de otros. El problema no es la religión en sí, o algunos que estén relacionados con la Iglesia. Es la Iglesia en sí, lo que defiende. Y claro, no es lo mismo un católico que respete, que un católico que repita como un papagayo lo que dice la Santa Iglesia y su Santo Nazi Papa, porque entonces, los que no respetan y van contra derechos son ellos. Y lo siento, pero no soy como gente que vota a Jaime Mayor Oreja, que se queda tan ancho dándole la razón a un no sé qué cargo de la Iglesia que aseguró que el aborto era mucho peor que el abuso sexual a niños. Así nos va, perdonamos y somos tolerantes con los que quieren quitarnos derechos y libertades.

El caso es que, por más que lo pienso, no entiendo nada. No entiendo por qué un estado laico debe destinar parte de su presupuesto a la Iglesia. No entiendo por qué se financia la visita de alguien que va a venir a adoctrinar de manera fascista. Me parece estupendo que venga y suelte las barbaridades que le dé la gana, ¿pero por qué tenemos que pagarlo? No me imagino lo que debe sentir un homosexual, por ejemplo: pagando para que un nazi venga a convencer a la gente de que los homosexuales son lo peor y no deben tener derechos.

Y el Papa, tiene las santas narices de decir que en España sufrimos un laicismo y un anticlericalismo agresivo como en los años 30 durante la República. Y en el PP, lo celebran. No voy a hablar de por qué se intenta usar el término “laico” como una crítica. No voy a hablar sobre por qué se sigue demonizando la República. No voy a hablar de los años 30, ni de la Guerra Civil, ni de una larga dictadura donde la Iglesia apoyó siempre al franquismo. No voy a hablar de que a alguien le extrañe que seamos muchos los que estemos en contra de una institución que, durante toda su historia, se haya dedicado a negar derechos, libertades y solo haya querido imponer sus ideas a toda costa. Para qué, ellos mismos se delatan diciendo estas cosas.

Tampoco hablaré de lo malísimo que es el aborto, ni del cavernícola concepto de familia…pero sí debo hablar de que este Papa ha venido a decir que hay que defender el matrimonio heterosexual. Espera, espera. Lo dice como si estuviera en peligro. ¿Acaso los heterosexuales tienen problemas para casarse? ¿Los homosexuales les roban las fechas en las Iglesias? Ah no, que no pueden casarse en la Iglesia –tampoco creo que muchos quieran-, y si por la Iglesia fuera, en ningún lado, que por algo están en contra de despenalizar la homosexualidad. Entonces, ¿por qué hay que proteger al matrimonio heterosexual? Ya está. Se nos está yendo la mano: les dejamos casarse, y al final, solo se casarán homosexuales y acabarán con la existencia de la humanidad. ¡Malditos enfermos mentales que quieren destruirnos! Son iguales de malos que los estados laicos, que los ateos, que los que tienen sexo sin intención de procrear, que los que usan el preservativo…por favor, con lo bonito que es correr el riesgo de coger SIDA. Pero eso sí, todo en un ambiente familiar idílico, con bebés no deseados y pareja heterosexual.

En fin, que no quería hablar y he acabado hablando. Lo mismo me atacan, como a Millás, que por llamar homófobo y totalitario al Papa, muchos esperan que pida perdón. Pero no sé, el Papa ha venido a hablar a sus fieles, ¿o a hacer campaña política? Como he leído en twitter, solo le ha faltado pedir el voto del PP.

Pero nada, así nos ganaremos el cielo. Seamos bondadosos, tratemos de imponernos a los demás, quitemos derechos, libertades, y apostemos por volver atrás en el tiempo. Pero antes, vamos a darles dinero y a pagarles todas las comodidades para que sigan intentando adoctrinarnos, enseñarnos lo que es bueno y malo y que ellos decidan sobre los derechos humanos.

PD: Voy a pedir que me traigan a España a Park Chan-wook, a SNSD, a Tarantino, a Malcolm McDowell y unos cuántos más. Pero que paguen su viaje con dinero público. Que yo creo mucho en ellos, los idolatro y dicen cosas bastante más interesantes que el Papa-Nazi. ¿Parece una chorrada? ¿Por qué el Papa sí y otros no?



jueves, 4 de noviembre de 2010

4

Llevaba tiempo con la idea rondando en mi cabeza, pero el pasado viernes, simplemente lo supe.

Hacía cuatro años que mi vida había comenzado. Vida, con todas sus letras, claras, grandes, gritadas a pleno pulmón. No una vida susurrada, escrita con manos temblorosas y con tinta que se borra con el paso del tiempo.

Se puede vivir de muchas maneras, pero desde hace cuatro años, para mí hay dos maneras de hacerlo, dos vidas: la verdadera, la que quiero; y la otra, la espera para volver a la otra. Cuando me subí a aquel autobus incómodo, lleno de demasiada gente, del que deseaba bajar al instante, lo noté. Mi vida se había reactivado, la partida continuaba.
Y es que, al echar la vista atrás, me daba cuenta de que mis recuerdos se estructuraban gracias a una clasificación sencilla: lo que había sucedido en la pausa, y los recuerdos de cuando me había subido en un autobus o me había encontrado con él para volver a jugar. Mis recuerdos, mi vida, se dividían entre autobus y autobus. La vida comenzaba al sumergirme en un viaje - o que él lo hiciera-, y volvía a detenerse cuando un viaje de vuelta que nos separaba llegaba a su fin.

Así, me puse a pensar, como había hecho ya otras veces, en las cosas que habían sucedido entre viaje y viaje. Sin darme cuenta, había establecido que esos eran periodos intermedios, simples momentos transitorios. Claro que los intermedios pueden aprovecharse bien, y tenían sus cosas buenas. Pero a mí siempre me ha gustado ver la película sin interrupciones. Los intermedios no estaban mal. Pero tener que salirme de la pantalla para sentarme en la butaca de la sala, esperando a que la imagen volviera a ponerse en movimiento, con el resto del mundo, me incomodaba. Me hacía desear volver al juego, desear que llegara el momento en el que supiera cuándo iban a volver los nervios en el estómago, el miedo a los enfados, el estrés del día anterior y el andar de un lado a otro de la casa recogiendo cosas que meter, bien apretadas, en la maleta.

Estaba yo el viernes en el autobus, acercándome a mi vida, pensando en todas las pausas que habían existido. No pueden culparme de ser demasiado infantil a veces. Solo tengo cuatro -maravillosos- años de vida. Qué difícil y qué fácil es vivir...

No se me puede reprochar tampoco que quiera volver a la pantalla, que ese sea mi lugar. Porque me gustan algunas cosas que pasan en las butacas y algunos de los que ocupan elr esto de asientos. Pero cuando encuentras al protagonista de tu película, nada es comparable: estás dentro de un mundo distinto, viviendo, junto a la persona que ha acabado compartiendo tu misma historia. El resto, son personajes inevitablemente secundarios. Los protagonistas merecen, tienen, que protagonizar su película.

Imaginaos de qué humor está el director, con tantas pausas... Pero no quiere a otros actores para esta historia. Nos quiere a nosotros, a los únicos protagonistas posibles. Por eso, y por tantas otras razones que solo pueden conocer los protagonistas, quiero que cada vez haya menos pausas. Show must go on.